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Rivadavia: 100 años de historia deportiva, social y cultural

Rivadavia: 100 años de historia deportiva, social y cultural

¨Rivadavia es más que un club¨….” a Rivadavia no se pasa, a Rivadavia se va¨…

Estas son algunas de las frases que identifican al León de Empalme, al club Albirrojo que es motivo de orgullo en Empalme Lobos y que el pasado domingo vivió con mucha emoción su festejo centenario, que no será una única celebración, ya que durante todo el año, el club irá celebrando estos 100 años de vida institucional.

Dentro de un marcado protocolo debido a la pandemia, las actuales autoridades buscaron la manera de darle forma a un festejo acotado en cuánto a tiempo y cantidad de gente, pero no por ello exento de pasión, amor y emoción en torno a los colores que identifican al popular club, que tan rica historia tiene; en Empalme Lobos especialmente, pero mucho más allá también, ya que gracias a la prueba atlética Uniendo Pueblos que una vez ganó un atleta ruso o a su magnífica pileta, en la cual por ejemplo han nadado José Meolans o Pilar Geijo, este club se conoce fuera de los límites de la geografía de Lobos y hasta del país.

En sus 100 años de hermosa y rica historia, este club ha sido pionero en construir valores y en marcar en la comunidad una fuerte presencia deportiva, social y cultural.

El predio, donde el club hace de local en Rugby se vistió de rojo y blanco, como así también las calles y muchas casas del barrio para darle colorido de celebración, más allá del contexto de un año tan complejo.

El acto fue sobrio y sencillo, pero muy cargado de emotividad.

Marcela Scasso transmitió en palabras ese legado que su padre representa para este club y sin dudas desde el cielo, el recordado Juan José ¨Chiche¨ Scasso estará sonriendo y orgulloso.

Durante el acto, el Intendente Jorge Etcheverry en su discurso evocó a aquella gente que ha trabajado y que quizás hoy desde el anonimato forman parte de todas esas personas que hicieron grande a este club. Hizo entrega de pelotas de fútbol, de rugby y bochas, a la vez que deseó el mayor de los éxitos para el actual presidente y su comisión.

Pablo Avendaño, flamante presidente, tiene el honor de ocupar el lugar que anteriormente su abuelo y su padre ocuparon, por lo tanto su orgullo y emoción era sin dudas inocultable.

En su charla con El Autógrafo Avendaño expresó:

¨A nivel familiar significa un montón para mí, tengo mi tradición en el club por mi padre y mi abuelo y yo me siento extremadamente orgulloso de ser el Presidente de los 100 años del club, Rivadavia para mí no es mi segunda casa, es directamente mi casa…¨

Hizo un lindo repaso de lo que representa la institución para Empalme y recordó las gestiones de “Toto Babino”, de “Chiche” Scasso, de Joaquín Areso entre otros. Además en el acto se entregó una plaqueta recordatoria a los ex presidentes Roberto Babino, Carlos Veleda, Omar Babino, Guillermina Martínez, Hugo Avendaño, Joaquín Areso.

Nos hizo una reseña de lo que representa la pileta, que es emblemática y que antes siempre cumplió un rol social y hoy es un natatorio de primer nivel, climatizado y apto para las mejores competencias. ¨Es un motivo de identidad¨ sostuvo Avendaño.

Pablo Avendaño también dijo; ¨Rivadavia como todos los clubes, tiene una importancia social, en el barrio, en la ciudad, por la necesidad que tienen las familias y los chicos de descargar tensiones, de ser contenidos, ojalá que en el 2021 podamos volver a una actividad normal porque los clubes son esenciales en la sociedad¨

Rivadavia tiene mil motivos para enorgullecerse por su pasado, por su presente y por su futuro.

Bochas, fútbol, cestoball, rugby, natación, atletismo, su biblioteca.

Si aquellos primeros ferroviarios que allá por 1914 decidieron fundar una biblioteca popular y se unieron con aquellos que decidieron fundar un club en 1916 para la práctica del deporte amateur; hoy pudieran ver lo que es el club, nacido de aquella fusión en 1920, sin dudas sentirían el mismo orgullo que hoy siente la familia Avendaño y tantas otras familias que llevan el rojo y blanco en el corazón.

López, Scasso, Ghibaudo, Piccone, Cricun, Babino, Avendaño, Merlotti, Algarañaz, pongale usted el apellido que quiera, estas son algunas de las tantas familias que han dado vida a este club y resalto el concepto de familia porque Rivadavia es eso, una gran familia donde se va a compartir y a vivir emocionado.

En la celebración del domingo hasta vimos un carnet de socio de Don Miguel Francisco Cánchero de 1949, conservado por su hijo como una reliquia. Esas cosas genera el club, esas cosas hermosas genera Rivadavia.

¡Qué sería de nuestras vidas sin un club de barrio! En estos días estoy leyendo un libro del autor lobense Félix Mansilla que habla de las cosas que pasan en el club y cada fragmento le da cuerpo y alma a ese lugar físico donde se construyen historias, se desandan caminos de glorias y de fracasos, de alegrías y de desencantos, de amores y desamores, de sueños, ilusiones, anhelos y esperanzas. Eso es un club, un lugar de pertenencia, de identidad, un lugar que tiene pasiones que la razón no comprende.

No es fácil llegar a los cien años. Rivadavia es como la radio, nacieron en el mismo año y se sostuvieron en el tiempo. Tantas cosas sucedieron en un centenario que sería imposible enumerarlas pero lo más importante es que el club de Empalme Lobos tiene por delante un camino plagado de esperanza en lo que viene.

En estos momentos donde el centenario obliga a refrescar la memoria, me viene a la cabeza otro apellido emblemático, Robaldi, y recuerdo al gran Pelusa jugando con maestría con los colores albirrojos y ni que hablar de Leandro, su hijo, que es un caso especial, amado en los dos clubes de Empalme.

El fútbol ha sido motivo de miles de historias, yo mismo he jugado varios clásicos empalmeños y puedo dar fe que no hay nada más lindo que vivir y disfrutar un partido entre Rivadavia y Provincial. En los barrios se vive el partido con un fanatismo increíble sin embargo, más allá de las cargadas por el resultado final, tras un par de días, Empalme recobra la calma y los vecinos divididos por la vía del ferrocarril y la pelota vuelven a transitar un camino de amistad.

En toda familia Empalmeña, cuando hay fútbol, hay corazones divididos y sin ir más lejos, yo tuve un abuelo fundador de Provincial y un tío abuelo, su hermano, fanático de Rivadavia….
Así es Empalme, así se vive el fútbol y por tantos años hemos disfrutado de ese condimento especial de la rivalidad deportiva, que queda de lado a la hora de caminar el barrio y compartir cosas con el vecino que muchas veces es también un amigo.

Ojalá 2021 permita recobrar esa deseada normalidad”, nos dice al final Pablo Avendaño, “ese es uno de mis sueños…

Las fotos con los recuerdos estallan por estos días en las redes sociales y cada una de ellas, encierra un recuerdo de un tiempo pasado lleno de felicidad y amor por los colores.

Rivadavia está de fiesta, es una familia, es una gran institución, es más que un club, son cien años de historia marcada a fuego por tanta gente que le ha dado sentido a un barrio plagado de ferroviarios que, tras el agitado día laboral, se reunían en el club en torno a una vuelta de vermut, un par de naipes y muchas anécdotas que quedan guardadas en el corazón….