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Julián Cazaux: “Cada sueño tiene algo de sacrificio”

Julián Cazaux: “Cada sueño tiene algo de sacrificio”

El ex arquero de Madreselva y EFIL fue fichado en el Virtus Gioiese de Italia. Su ilusión y camino recorrido es la historia de muchos de los jóvenes que exporta la Liga Lobense.

Por Félix Mansilla

Julián tiene 18, más de un metro noventa y una familia que lo apoya en su camino al sueño fútbol. Desde agosto 2022 vive en Italia y está probando suerte en el club Virtus Gioiese. Comenzó de chico, a los tres, en el club Madreselva donde su papá Claudio atajó durante muchos años. Su mamá, Yolanda Rodríguez, lo acompañó a todos los entrenamientos y partidos y así Julián se interesó cada vez más y comenzó a atajar para EFIL.

El destino ya estaba marcado. “Jugaba al medio siempre y en un entrenamiento faltó el arquero y el técnico, seguro que por la altura, me puso a atajar”, cuenta Julián y aclara que no comentó nada en su casa. “Mi mamá no quería que sea arquero para que no haga lo mismo que mi papá que fue arquero”, confiesa entre risas. Así, desde niño, Julián entendió también que el de arquero es el puesto más ingrato. “El arquero ataja una pelota clave del partido y a la otra fecha le meten un gol y pasa a ser un villano”.

“A los cinco o seis, ya me había decidido por los tres palos”, recuerda Julián. “Iba a Madreselva con guantes de lana porque pedí unos guantes y me compraron unos de lana, sin saber, hasta que el técnico le explicó a mis viejos que a mí me gustaba el arco”.

La primera parte de la entrevista fue a finales de octubre por videollamada. Desde su casa en Goia que comparte con Ismael, otro jugador argentino, sus palabras remiten a la tranquilidad de quien hace lo que tiene que hacer: entrenar, probar suerte, seguir. El apoyo familiar, de los amigos y amigas, de su novia Paula, hacen que a la distancia los días no sean tan largos para Julián. “Cada mañana es despertarme y empezar a responder mensajes que llegan desde Argentina”, apunta.

¿Cómo pensás Lobos desde otro país?

-Es algo súper raro, porque tengo la sensación de estar allá, de despertarme y sentirme cerca. Cuando me despierto siempre respondo los mensajes y eso de “estar ahí” se siente. Goia tiene 2 mil habitantes, así que en comparación, Lobos es New York (risas).

¿Qué arqueros son tus preferidos?

-Siempre fui fan de Manuel Neuer, el arquero de Alemania. De lo que he visto es el que más me gusta: tiene un estilo de juego distinto, juega muy bien con los pies. Courtois me parece otro de los buenos, es una injusticia que aun no le hayan dado el Balón de Oro.

El camino se hizo al andar. Tiempo antes de comenzar a probarse en clubes del AMBA, en plena pandemia, Julián siguió el consejo de sus padres. “Me dijeron que me buscara algo para hacer y estudié italiano”, comenta y remarca hoy que “fue una gran ayuda contar con la base del idioma”. Todo el camino comenzó a allanarse antes de finalizar la Secundaria. Julián dice: “Lo viví con naturalidad, es decir, si quedaba en las pruebas buenísimo, y si no iba a saber que di lo mejor”.

Esas pruebas las hizo en Estudiantes de La Plata en junio de 2019, su primera parada. De todas las evaluaciones, Julián se volvía con muchas preguntas y algunas certezas. “Yo iba a las pruebas, pero no iba convencido”, asegura. Y entonces llegó el clic, poco antes de la pandemia. El segundo destino fue Gimnasia y Esgrima La Plata. Le dijeron lo mismo que en el Pincha: que tenía condiciones, que era bueno, pero que debía bajar algunos kilos para estar en competencia. Aquella tarde de regreso por Ruta 6, conversó con su viejo Claudio. Julián recuerda cada tramo de la charla: “Le dije que me sentía decidido”. A la semana siguiente comenzó a ir al nutricionista.

Cazaux en acción en el Virtus Gioiese.

Pandemia y después

Y llegó el Covid y la cuarentena. Hoy, sin marcas de aquel encierro, Julián analiza que al principio le generó dudas y malestar pensar que todo seguiría parado: “La pandemia me hizo bien, porque empecé a entrenar y a comer mejor, ordenado”, enumera. Hoy, con 1,91 mts., pesa 84 kg., se mantiene a base de cinco entrenamientos semanales.

Alguna vez, el ex DT de Las Leonas, Cachito Vigil definió que “en el juego de la vida se trata de pensar, sentir, romper estructuras, integrar capacidad, disfrutar los logros diarios humanos, mientras vamos recorriendo el camino hacia un supuesto resultado que tiene cara de meta”. Así, poco a poco, Julián comprendió los designios del camino. En menos de dos años se puso a prueba en varios clubes y contó con el apoyo de entrenadores como Hernán Erario y Daniel Sciuti.

Comienzo de 2021. Tercer club: Lanús. “Tuve la prueba con Esteban Pogani, entrenador conocido del granate”, cuenta Julián. Pogani le dijo: “Sos bueno, pero no te hago quedar porque no vas a jugar, ya tengo arqueros, pero voy a ayudar para que vayas a algún club”. Después, llegó el momento de realizar la prueba cuatro, en Platense. “Me fue bien, pero ese día el DT ni miró para el arco y no vio nada, así que no quedé”.

Continuó con la prueba cinco, en Tigre. Juli dice: “Es un club hermoso, estuve durante tres semanas y quedé, pero sin certezas de tener continuidad”. Corría mayo y muchas faltas en el colegio. “Por internas y esas cuestiones tampoco me hablaron de seguir en el club”. En tanto, continuaba con sus estudios en el Colegio Comercial.

Parada seis: Arsenal de Sarandí. Tres semanas de pruebas y la confirmación del interés del club por parte de su representante, Marcelo Bordaquievich. EFIL cedió el pase y Julián inició en la Sexta y pasó a la Quinta. Hoy dice: “En Arsenal no tuve suerte, porque éramos cuatro arqueros en el equipo y jugué poco, cuatro o cinco partidos”.

Noviembre 2021, pensión de Sarandí. El DT de la 5ta. de Arsenal le avisó que lo iba a probar, pero en un calentamiento junto a cuatro arqueros, se lesionó. En su recuerdo no hay rencores. “Pelota va, pelota viene, un compañero tiró un taco y me quebró la nariz y no pude jugar”. A la semana siguiente se hizo los estudios en Lobos y volvió al club, pero entrenó diferenciado. Al final, no quedó.

Así lo contempla Cazaux: “El DT se portó mal, en vez de dejarme libre me hizo entrenar solamente y no me daba bolilla el tipo. No cumplió con su palabra, pero bueno, son decisiones ajenas que uno debe aceptar. Fue mi primera experiencia en un club, me llevé amistades y lo mejor, el entrenador de arqueros Daniel Sciuti que se portó de diez. Hay que saber que esto es un poco así, cada sueño tiene algo de sacrificio y no abandonar”.

equipo juli

Cazaux con la 1 del Virtus Gioiese.

Destino Italia

De cada experiencia, por fuerza, por acompañamiento y ansiedad controlada, Cazaux analiza de su paso por Arsenal que “en ningún momento me sentí sobrepasado por los otros arqueros y eso me dejó tranquilo”.

¿Cómo tomaste lo de haberte quedado sin club?

-Cuando me di cuenta que podía quedar libre, enseguida pensé en volver a Lobos, entrenarme, jugar en EFIL, seguir en movimiento. Y a finales de julio llegó la noticia y el viernes 5 de agosto de 2022, llegué a Italia y ya tenía pruebas para la semana siguiente.

¿Cómo fue tomar la decisión de viajar y vivir en otro país?

-Mi vieja me dijo algo que me marcó. Eso me dejó tranquilo.

Las palabras de Yolanda:

“Juli, yo no puedo decidir por vos, pero sí te puedo decir, hijo, que es mejor que pruebes ahora a esta edad, a los 18, y que ojalá se te dé y que sea el primer paso de una carrera y no que a los 25 ó 30 años, digas ‘pude serlo, pero no lo fui’. Si fuese por mí, quisiera que mis tres hijos se queden a vivir con nosotros, pero eso no puede ser así y ustedes tienen que salir a vivir la vida. Es mejor haberlo intentado y no pensar qué hubiese pasado”.

¿De qué manera se dieron tus primeras semanas en Italia?

-Hice mil viajes en tren por Nápoles desde Calabria. Me probé en varios clubes, uno de esos fue el FC Matese. Estuve cuatro días conviviendo junto a otros 10 jugadores. Ismael Birmajo, mi compañero de casa, se quedó justo cuando pensaba irse y así nos conocimos. Pasé por otro club, el Audax Servinara Calcio, hasta que por una cosa o por otra todo se dio para firmar con el Virtus Gioiese. Pasé muchos días de incertidumbre y desde Argentina mis viejos me decían que me sentía así por no estar en lugar fijo. Una vez aterrizado en el Virtus todo fue más fácil.

En el primer partido de visitante ganaron 2 a 1 y Juli tuvo cuatro buenas atajadas. Si bien el cierre de año no fue de los mejores para el Virtus, asegura que “me siento muy bien desde lo individual y trato de analizar todo: en uno de los últimos partidos (octubre al momento de la entrevista), de 11 tiros, tres fueron gol, uno dio en el travesaño y atajé siete”.

¿Qué cosas te sorprendieron del modo de ser de los italianos?

-Comen y comen pasta en el almuerzo y la cena. En los súper todo es pasta, no imaginé que habría pasillos enteros con góndolas de solamente pastas. Son fanas del café, acá es muy fuerte, es distinto al nuestro. Los italianos lo toman como un shot. El trato es cordial, excelente. En los negocios del pueblo nos conocen por el club y nos regalan cosas porque somos respetuosos y buena onda.

¿Extrañás Argentina?

-Sí, sobre todo a mi familia, a mi novia, a los amigos. Extraño el asado y eso de comer algo a la parrilla. Extraño los viernes cuando llegaba de Capital y me iba a lo de mi abuela a merendar con ella. Extraño salir con mis amigos, juntarme con Paula, mi novia. Son cosas que uno valora aún más desde lejos.

¿Qué cosas te quedan por mejorar?

-Siempre se puede mejorar, en todo. Hay cosas que me salen unas mejor que otras. Recuerdo que me costaba más volar alto hacia la derecha. A Flavio D´Arino mi entrenador, si lo habré puteado, y hasta el último día de mi vida le voy a agradecer. Porque era simple, saltar, pero me costaba y él me ayudó para que me dé cuenta. Me enseñó e hizo que me supere. Hace poco me tocó sacar una pelota y me acordé de sus “no pienses, andá”. Lo practiqué tanto que ahora lo hago natural. Si uno le mete esfuerzo, sale.

¿Cuál es tu sueño-fútbol?

-Para cualquier jugador, el sueño mágico es llegar a representar la Selección de tu país y tener la suerte de llevarlo a lo alto, es lo mejor que le puede pasar. A nivel clubes, en Argentina, Boca. En Europa, me gustan el Liverpool y el Real Madrid, el mejor equipo de la historia.

¿Cómo viven los italianos la era pos-Maradona?

-Acá Maradona es palabra santa de verdad. Hay iglesias maradoneanas, donde van a rezarle a Diego. Eso me sorprendió. También fui al estadio Diego Armando Maradona, a un partido frente al Torino, que ganó 3 a 1 el Nápoles. Se volvieron locos cuando se dieron cuenta que éramos argentinos. Gritan, se enloquecen: ¡Argentino! ¡Maradona! ¡Diego, Diego!

Entrevista, segunda parte. Fines de diciembre 2022. Julián regresó a pasar las fiestas y volvió renovado, orgulloso de aprender y con un dato no menor: volvió campeón del mundo. Miró los siete partidos de la Selección en Goia junto a Ismael y otros jugadores argentinos.

¿Cómo viviste tu primer Mundial fuera de Argentina?

-Los horarios combinaban muy bien y vi un montón de partidos.  Sacando la final, el que más sufrí fue con México, sobre todo en el entretiempo que parecía que no podía ser, pero por suerte tenemos al mejor del mundo. Sentía confianza y que podíamos. Contra Australia y Croacia sentí desde mucho antes que íbamos a ganar. Con Holanda fue injusto, pero el fútbol es así. Gracias a sus logros hoy somos todos campeones del mundo.