Querer es poder
Después de pasar dos años golpeando la pelotita, ganó un campeonato, pero en realidad, Emiliano viene ganando desde hace mucho tiempo atrás. Por las ganas, la dedicación, el esfuerzo, el compromiso y el entusiasmo que pone en cada cosa que realiza, se convirtió en un triunfador de la vida y, sin quererlo, en un ejemplo para los demás.
Apasionado por el deporte, primero incursionó en el basquet. Ahora, juega al tenis adaptado y lo hace en el Cañuelas FC, con su entrenador Luciano Rivas. “Si vamos a la parte de la pasión, el basquet me gusta más, pero en el tenis tengo a mis amigos. Agradecí muchísimo a mis compañeros de equipo y a la gente que me alentó durante el torneo. En Facebook también les di las gracias a la gente de Lobos porque que te reconozcan lo que hacés, que te levantás y vas, para mí ya es mucho”, comentó Huebra con total humildad.
“A mí no me gusta que me vean como un ejemplo, pero sí me gustaría que cualquiera, sea discapacitado o no, diga: si él lo hace, ¿por qué yo no?”, expresó en la redacción de El Autógrafo. Y agregó: “Que nadie se quede con ganas de hacer algo. El que quiera hacerlo, que le ponga pilas y lo haga. Con esfuerzo, se logra cualquier cosa”.
Desde muy chico, cuando era un niño, Emiliano tuvo que utilizar el ingenio para arreglarse sólo. Si bien su familia (Paula es su madre) siempre estuvo para ayudarlo, él intentaba hacer lo que quería por sus propios medios. Así lo cuenta su hermano mayor, Manuel: “Es un pibe tranquilo, hace las cosas por sí solo. Obvio que hay cosas en las que depende de nosotros, pero si lo puede hacer lo hace. En casa no se nota que está en silla de ruedas, porque se maneja y realiza todo lo que quiere”. Testigo fiel de su esfuerzo por superarse, Manuel habla con admiración cuando le preguntamos por la entereza de Emi: “Siempre busca la manera de mejorar. Se rompe el alma para hacer lo que le gusta, viaja todos los días en el colectivo de las 7 de la mañana y se aguanta un viaje de una hora y media para entrenar, ya sea con frío o con calor. Yo veo que nunca se rinde y que, a pesar de su discapacidad, siempre quiere más”.
Hace unos días, consiguió el Consolation Draw en Vicente López y el público presente se entregó con aplausos que, probablemente, Huebra nunca olvide en su vida. Por todo ésto, al protagonista de esta historia no le hacía falta ganar un campeonato para demostrar que es un triunfador. Pero como decía Gustavo Cerati, tarda en llegar y al final hay recompensa.