«No quiero perder el timming»
Apareció caminando con la vestimenta de atleta nacional, la que le entregó el Comité Olímpico Argentino. Con su credencial de deportista olímpico colgando. Y con dos Coca Cola en la mano para regalarnos, entre otras cosas, porque es muy atento y siempre lo fue. A pocos días de escribir un capítulo más en su historia como atleta, seguramente el que cotizará más, Luis Molina nos contó cómo se prepara para la maratón del domingo.
La cita tiene hora y lugar: 9.30 en el Sambódromo Marques de Sapucai. 42 kilómetros y 195 metros separarán la largada de la llegada. Más de dos horas con un calor sofocante, típico del Agosto brasilero (ojalá llueva, como está pronosticado). No será fácil completar la carrera para el atleta que entrena en Lobos y se siente un lobense más. En el último mes de preparación, sufrió una lesión que lo tuvo a maltraer en una de sus piernas y pasó varios días sin entrenar. El martes, 48 horas atrás, hizo su primera sesión de trote después de doce días. Es mucho para un atleta de elite. Pero como dijo el entrenador de Houstoun Rockets alguna vez, Rudy Tomjanovich, nunca subestimes el corazón de un campeón.
Los días en la Villa Olímpica le dieron energía positiva a Molina y sabe que la clave está en su cabeza. “Hacer una carrera inteligente”, como dijo su entrenador Cesar Roces. “De la molestia que tuve en Colombia ya estoy bien, ahora tenga otra en otro lado. La verdad es que no estaba entrenando. Estoy haciendo kinesiología mañana y tarde acá en la Villa. La idea es por correr estos días y no perder ese timming de carrera o de correr” se sinceró Luis. Y se refirió a la temperatura de Rio: “Va a ser una carrera con muchísimo calor, como fue la de las mujeres. Yo las veía pasar y en el kilómetro 15 ya iban muy cansadas. Va a ser un factor determinante, por eso creo que no se va a correr muy rápido y eso me favorece al no llegar al 100%”.
Durante su estadía, tuvo la posibilidad de ir a ver distintos deportes pero prefirió quedarse en la Villa para continuar con la recuperación, ya que las distancias son largas y hay que moverse mucho para llegar a los estadios. Lo único que fue a ver es atletismo y la maratón de mujeres: “Vi los 10.000 metros de hombres, los 100m de mujeres, las semis de 400 y 800m, enganché un día bárbaro. Conocí el estadio, es alucinante. Nada que ver a lo que se puede ver en la tele. Me generó una sensación única, estando acá era una lástima no ir. La pasé muy bien. Tenía ganas de ir a ver basquet pero no había entradas”.
Con respecto al Sambódromo, donde se corrió la maratón de mujeres y donde correrá él, Luis comentó que “es un lugar increíble, desde donde hacés la entrada en calor hasta donde se corre, en lo organizativo es algo excelente”.
Faltan pocas horas y la ansiedad empieza a jugar un papel importante. En su cabeza, y en ningún otro lado más, sabrá cuántas chances tiene de terminar la carrera. A eso apunta Luis, ya sin darle tanta importancia al resultado final, pero sí a completar la prueba. A descansar y a alimentarse bien, y a soñar. Allí estuvo la clave para poder llegar a donde llegó y no debe abandonar esa forma de pensar. No se debe traicionar. Sí, en cambio, debe seguir soñando.