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Lucía Díaz Paoletti: “Todavía se ve como raro que las mujeres juguemos al fútbol”

Lucía Díaz Paoletti: “Todavía se ve como raro que las mujeres juguemos al fútbol”

Referente de su equipo en el LAC, coronó el 2021 con el primer campeonato de Fútbol Femenino de Liga. Proyecta un 2022 lleno de desafíos y revanchas. Qué piensa y cómo siente una jugadora con habilidad, técnica y remate.

Por Félix Mansilla

A los catorce el fútbol para Lucía Díaz Paoletti era apenas un entretenimiento en cumpleaños y recreos del colegio. Después la diversión giró a practicar un deporte que la acercó a otras mujeres futboleras en igual sintonía y de todas las edades. EFIL fue su cuna. “Ahí es donde aprendí todo”, dice del Lobo. Suma al Verdinegro: “Salgado significó una etapa de crecimiento total” y aclara: “Mi presente es Athletic y estoy bien”.

Categoría 2002, nació en Junín y a los cinco años llegó a Lobos junto a su familia. Hoy es parte de la nueva camada del Fútbol Femenino (FF) de la Liga y sueña proyectarse en la actividad. Ella remarca que “el cambio de hace unos años a esta parte es el interés que hay sobre el FF, en el número de jugadoras y la forma de practicarlo que es cada vez mejor”.

El gusto y las ganas de jugar al fútbol fueron el puente para que Lucía haga frente a todo aquello con lo que no contaba de chica. “No tengo hermanos y no tuve tíos o primos varones acá cerca, que es lo más común para empezar a jugar al fútbol”, explica y suma detalles del inicio. “Empecé a jugar con ellos cada vez que iba de visita a Junín los fines de semana”. En los picados familiares, Lucía no se achicaba nunca. “Nos juntábamos en la pileta y a jugar a la pelota y yo siempre estaba con los varones que en total somos nueve”.

Lucía tiene veinte, está enfocada. El fútbol es su día a día desde hace siete años y anexa entrenamientos, picados informales y competencias de Liga. En la primera parte de 2021 su equipo de LAC campeonó por primera vez en la categoría FF. Ella hizo seis goles y se convirtió en la referente de su grupo.

(3ra. abajo a la derecha) Equipo de LAC Torneo FF 2021, con Ormazabal DT.

Martín Ormazabal fue su DT y la conoce bien. “Lucía tiene táctica y técnica incorporada, juega muy lindo y practica el fútbol total, porque se desenvuelve tanto en ataque como en defensa, con o sin pelota”. Lucía es derecha, pero tira centros y pases largos con la zurda. Su zona es el medio campo. Ormazabal destaca que su función es de enlace entre el medio campo y las delanteras: “Es la zona en donde más cómoda se siente con el manejo de la pelota y en donde despliega a pleno todo su fútbol”.

¿En qué momento empezaste a patear y sumarte en todos los picados?

Igual que con mis primos, en el colegio Horizonte con otra amiga éramos las que nos sumábamos a jugar con los varones y el resto se iba a hacer otra cosa. Hasta ese momento nunca lo veía como un deporte o algo que podría llegar a ser mí día a día, pero me entusiasmaba.

¿Ser las únicas dos mujeres las hacía sentir distintas?

Sí, nosotros éramos las raras en algún punto. Nos señalaban que era raro jugar todo el tiempo con los varones. No lo sentí desde un lado de discriminación, pero sé que muchas de mis compañeras con las que juego ahora lo sintieron distinto tiempo atrás. Aún hay que gente que lo ve como raro que las mujeres juguemos al fútbol.

¿Mirabas partidos de más chica?

No estuvo presente en mi infancia. Mis papás no miran fútbol. Recién de grande, cuando me empecé a interiorizar y miré por mi cuenta se sumaron. Hoy en casa soy la única que ve los partidos y fui la que trajo los partidos de fútbol al hogar. Miro siempre a River, al Barça y al PSG, mucho más desde el arribo de Lío Messi.

(Abajo 1ra. de izq. a der.) Primeros pases en el equipo FF EFIL Sub 16 (2018).

Dentro de su camino rodeado de fútbol y nuevas amistades deportivas, Lucía tuvo momentos que ya no recuerda con dolor. En los últimos dos años sufrió dos fracturas de clavícula, un esguince de tobillo y un desgarro de cuádriceps. Dentro esos meses y con días sin actividad deportiva, logró remontar y recuperarse.

“Con el Femenino de los Torneos estuvimos como seis años para pasar a Mar del Plata: perdíamos en instancias finales, o por un gol o por penales, sin poder viajar a Mar del Plata”, señala y recuerda que cuando le tocó viajar lo hizo con un esguince. “Intenté sumar, viajé igual pero tuve fiebre y el dolor del esguince que no me dejó seguir”.

¿Cuándo empezaste a practicarlo más a menudo?

En el colegio Horizonte, en los recreos en donde hacíamos partidos, digamos, más en serio. Me empezó a interesar cada vez más. La profesora de Educación Física nos ofreció anotarnos en los Torneos Bonaerenses y a muchas nos empezó a interesar más y bueno, le tomamos el gustito. Después nos enteramos de que hacían fútbol femenino en EFIL, nos anotamos con mis compañeras del equipo de los Bonaerenses y, ahí sí, empezamos a entrenar.

Y te lo tomaste en serio…

Claro, empecé a entrenar de cero, para aprender. Es decir, no tenía mucha idea, por ejemplo, de pegarle con el borde interno del pie, técnica cero. Era arreglármelas porque ni siquiera mis amigos me enseñaban cómo jugar, casi todos ellos hacían fútbol de chiquitos.

¿En qué momento dijiste, “estoy para jugar en un equipo”?

Por ahí, en el primer acercamiento con EFIL me empecé a enterar que en la Cuenca había Fútbol Femenino y descubrí que había un montón de otras mujeres que jugaban y que no éramos sólo nosotras que hacíamos fútbol 9. Conocí gente más grande, compañeras de 40 que juegan desde los 20. Ahí caí en la cuenta de que era un deporte que podía practicar en serio, con entrenamientos y partidos oficiales, no solo recreativos.

Definición por penales para Salgado (agosto 2019).

El inicio de 2020 y antes de los cambios derivados de la pandemia por Covid, Lucía escribió en sus redes una promesa personal. “Me prometo insistir y dejar de evadir la felicidad propia, quiero ser esa persona que siempre quise ser, despreocuparme por lo que pase mañana, no pensar en el pasado y empezar a amar cada segundo que transcurre sin necesidad de hacer planes”. En la foto está con la camiseta de Salgado, sentada y con la posición que en el deporte representa haberlo dejado todo, con las manos sobre las rodillas, en silencio. Alrededor, sus compañeras de equipo. Esa imagen representó su 2019 y, sobre todo el 2020, el año que se frenó el mundo.

Ese año, Ormazabal quedó impresionado en los primeros entrenamientos en que vio a Lucía, antes del 20 de marzo del 20-20. “Vi enseguida su pegada precisa y de calidad con el perfil derecho y con el izquierdo también, una combinación que la hace diferente y que muchas veces durante los partidos hizo la diferencia”. El DT enumera, además, que la característica de Lucía está acompañada por habilidad y manejo de la pelota parada: remates al arco, asistencias, pases de gol y definición de media distancia. “Tiene buen remate, potencia y ubicación, algo que pocas jugadoras tienen acá en la Liga de Lobos”.

¿En qué etapa creés que está el Fútbol Femenino?

Estamos en el momento del despegue y, de a poco, se va convirtiendo más al profesionalismo. Creo que estamos lejos todavía de llegar al fútbol de varones, pero hoy es diferente: pasan los partidos de fútbol por televisión, algo que antes era impensado. También hay entregas de Balones de Oro como en el masculino. Hay un paralelismo, quizá antes, era fútbol masculino nada más y el femenino quedaba aparte.

¿Cómo analizás los cambios en la forma en que en el mundo se mira al FF?

El cambio es notorio, pero hace muy poco que existen jugadoras profesionales que se dedican solamente a jugar al fútbol acá en Argentina. Hay muchas de River, de Boca y otros clubes grandes que también se tienen que dedicar a otra cosa, entonces, no es fácil equiparar con lo que pasa en el fútbol de varones. Creo que aun falta mucho para que todas las jugadoras profesionales de AFA logren dedicarse de lleno.

¿Creés que eso con el tiempo va a cambiar?

Sí, porque veo hoy chicas de siete años con una pelota propia y ya no sigue siendo raro, es decir, cuando yo era más chica solo se acercaban las que tenían hermanos varones y no era tan normal decir “ah, mirá ella juega al fútbol”. En la escuelita de Athletic, por ejemplo, ya hay nenas de cuatro que empezaron a ir y practican todas las semanas, un gran cambio. Eso es hermoso.

Se volvió “más común” que una mujer juegue al fútbol…

Cuando empecé a jugar no había una Liga y nosotras jugábamos de vez en cuando algunos amistosos, una vez cada quince días o menos. Había equipos de chicas pero en el baby, sin entrenamiento. Creo que si hay diferencia es porque los varones empiezan de más chicos a entrenar. Es una cuestión cultural que en los cumpleaños los nenes juegan a la pelota, entonces, hasta el que menos idea tiene va aprendiendo y de chico sabe salir jugando. En las mujeres esa base es menor, aunque eso está cambiando claramente y por eso es que se lo considera todavía como algo no tan común.

En LAC se destaca como una referente, siempre con la 8.

Hoy su DT en el Femenino de Athletic es Marcelo Panizza. Lucía comenta sobre el trabajo semanal, donde suman análisis de videos de partidos y diversas etapas de entrenamiento. “Eso permite a cualquier jugador o jugadora mejorar la posición en el campo”, remarca y enumera: “Ya hice varios goles de pelota parada y en el equipo tenemos un par de jugadas ensayadas que en general terminaron en goles”.

Ya saliste campeona con LAC: ¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza?

En 2021 salimos campeonas. Fue un campeonato desparejo en el primer torneo y ya en la segunda parte, cada equipo se fue preparando de otra manera, con entrenamientos, cosa que antes quizá no era así. Integrarme en el primer torneo fue para mí una bendición: me sumé al fútbol once con mejores condiciones, mejores canchas, mucho entrenamiento. Hay una forma de trabajo y muchas compañeras del LAC que antes hacían hockey se trasladaron al fútbol. Hay espíritu de equipo que muchas traían de antes.

¿Tenés como objetivo probarte en algún club fuera de Lobos?

Fui a probarme al equipo de la UBA que ahora compite en AFA en Primera A. Había quedado, pero por una de las lesiones no pude seguir entrenando. La verdad es que por ahora no voy a insistir. Arranqué en pandemia la carrera de Medicina en Buenos Aires. Quiero seguir jugando en Athletic un tiempo más, estabilizarme en los estudios y ver cómo se va dando. El Fútbol Femenino tiene un margen mayor de edad que está entre los 21 ó 22 para probarse, así que no pierdo la esperanza.