Seleccionar página

Héctor Baldassi: “Con mi estilo logré ser creíble”

Héctor Baldassi: “Con mi estilo logré ser creíble”

Entrevista con uno de los ex jueces reconocido por su marca simpática y pícara. Sus primeros pasos, la cumbre y el retiro del cordobés más insultado.

Por Félix Mansilla

“Después de ser hijo, lo primero que logré fue ser de mi barrio”.

Paul McCartney

Antes de pitar penales, tirar guiños cómplices y dedicarse a la política, Héctor Baldassi fue para todo el barrio la Coneja. Se crió en Río Ceballos, una ciudad a media hora de Córdoba Capital. A los cinco, en 1971, un amigo de la infancia le puso la Coneja. La razón: el dibujo bordado por su mamá Teresa en la bolsita de la sala de tres de jardín. Su abuela Elisa, protestaba angustiada por el mote. No le erró la abu: le quedó para toda la vida.

A los veinte años aterrizó en Buenos Aires. “Nunca abandoné el sobrenombre ni el tono de mi barrio”, aclara siempre la Coneja. La referencia sobre el crecimiento de su carrera fue el diariero de la esquina de su departamento en Buenos Aires. “Cuando dirigía en la D el tipo no sabía si yo era Balduchi o Baldachi y después, cuando empecé a salir en los diarios de los lunes, sí, se acordaba bien que por ahí cerca vivía el malparido de Baldassi”.

Trabajó en la metalúrgica de su tío Abel, en donde armaba criques hidráulicos. Eran los años en los que la Selección Argentina del doctor Bilardo no encontraba el rumbo. Se venía México 86 y a la Coneja le cayó la ficha. “Me acerqué como sin querer al referato”. De la mano de Cara e’huevo, como le decía a su amigo Marcelo Negrete, árbitro internacional de handball que estaba haciendo el curso para juez, que lo invitó a participar y la Coneja se anotó.

Los primeros recuerdos de Baldassi sobre su forma de arbitrar vienen del lado de los reproches de uno de sus maestros, Ernesto Binda que le machacaba: “Usted, Baldassi piensa las reglas como un jugador, pero espero que pronto las empiece a ver con mentalidad de árbitro”. Comenzó en Primera, en 1999. “Mi objetivo era hacer respetar las 17 reglas del juego pero sin ser un ogro ni poner cara de perro”. Su debut fue en un 4 de abril en Gimnasia de Jujuy 0 Newell’s 1, fecha seis del último Clausura del siglo.

“Acertando y pifiando como cualquiera, creo que me llevó algunos partidos imponer mi estilo”. En el 2000 se hizo árbitro internacional. “El mío era otro estilo, no me salía componer un personaje: el modelo Castrilli me parecía nefasto”. Tiene el récord personal de haber arbitrado 18 clásicos Boca-River y todos los clásicos del fútbol argentino. Participó en finales de Copa Libertadores, estuvo en los Juegos Olímpicos Pekín 2008, en el Mundial Sudáfrica 2010 (arbitró 4 partidos) y en la Copa América Perú 2004, aunque se retiró con la espina de no haber sido convocado a la que se disputó en el país, en 2011. “Ahí empecé a elaborar lo que sería mi retiro”, menciona a más de diez años de su último partido.

Comenzó en 1999 y se retiró en 2011, con más de 590 partidos dirigidos.

Casado con Belkis Torres, padre de tres hijos. Sobre sus pasos internacionales y la relación con el órgano dueño del fútbol la Coneja es puntual. “No me consideraba un árbitro ejemplar dentro del mundo FIFA ni creo que la FIFA me tuviera como el modelo ideal a imitar”. Y tiene una lista de sospechas. “Detalles reglamentarios, modos de correr la cancha, el excesivo uso del ‘¿Qué hacés, papá?’, mi chuequera al andar, el lenguaje corporal y, entre otras cuestiones, una dificultosa utilización del inglés, fueron algunas trabas que contribuyeron a que la relación Baldassi-FIFA no fuera toda color de rosa”.

Mucho antes Héctor, el muchacho cordobés, el que se trajo una valija con deseos de forastero, cursó dos años la carrera de Medicina. Aprobó Anatomía e Histología, mientras hacía sus primeras armas como asistente en el fútbol. En su autobiografía, Baldassi reflexiona y recuerda: su relato está lleno de guiños que se amalgaman con su estilo. Repite el lema: “Desmitifiqué la imagen del árbitro”.

En diálogo con El Autógrafo, el inventor de la muletilla “dale, jugá y dejate de joder”, desplegó observaciones de sus etapas como juez: temple provinciano, olfato de forastero y picaresca futbolera.

¿Qué puntaje te pondrías como árbitro del 1 al 10?

Es difícil puntuarme. Creo que fui un árbitro creíble que, obviamente con mi estilo pude lograr esa palabra tan importante en el arbitraje que es la credibilidad. Después, cada uno y muchos del periodismo o los mismos futbolistas, podían decir que uno dirigía bien y eso fue bueno.

 ¿Entonces?

Pará, sí me pondría en lo que disfruté del arbitraje. ¿Cuánto? Un 10. En todo lo que me dio el arbitraje, un 10. Ser alguien en la vida gracias al arbitraje, un 10. Conocer el mundo por dirigir, un 10. Como árbitro, que eso lo digan los demás.

Sobre Baldassi, el internacional Juan Carlos Loustau, opinó sobre sus condiciones reunidas. “Rapidez, conocimiento, lucidez, personalidad, condición física, autoridad”. Sobre su estilo, el padre de Patricio analizó que “su prioridad era el juego por sobre las reglas: analizaba el juego, lo dejaba jugar y venía de atrás con las reglas para aplicarlas en su justa medida”. Loustau niega lo que algunos sostenían sobre que Baldassi era demasiado confianzudo. “Era todo lo contrario: tenía la convivencia justa y precisa con los protagonistas, un talentoso para arbitrar”.

El ex internacional y poeta, actual asesor arbitral de la Asociación Paraguaya de Fútbol, Horacio Elizondo, suma a su colega cordobés en la lista del recién llegado que lo ayudó a no perder nivel. “Me hizo muy bien el ingreso de Héctor a Primera porque yo estaba en una chatura por el nivel reinante y él fue una bocanada de aire fresco que me movilizó”. El Elizondo interior le repetía: “Mirá que si te quedás dormido este pibe con el tiempo te pasa el trapo”.

Marcelo Habib, ex árbitro asistente, destaca de Baldassi que “corrió por una delgada línea que los árbitros llamamos trapalón. El término refiere a aquel juez que dirige muñequeando el partido, sacándolo adelante. Habib explica: “Ser trapalón es dirigir teniendo en cuenta el resultado, los equipos, los dirigentes de esos equipos, la trascendencia del partido. El mérito de Héctor fue que nunca se convirtió en un sacapartidos”.

Baldassi dirigió todos los clásicos argentinos con la marca de 18 súperclásicos disputados.

¿Quiénes son para vos los 3 mejores árbitros argentinos de la actualidad?

Creo que Patricio Lousteau es un árbitro que ha pasado y superado etapas difíciles de su carrera y hoy ha logrado tener credibilidad en todo el ambiente del fútbol. A dos que también le veo futuro son Facundo Tello y Fernando Rapallini que se está consolidando. Ellos son tres jueces que creo que en el presente se destacan, tienen proyección.

¿Creés que Argentina es tierra de buenos árbitros?

Hay materia, hay que trabajarla porque si no se llena de costumbres propias y eso no es bueno para el arbitraje. Uno como instructor debe acompañar al árbitro: trabajar sobre sus defectos y potenciar sus virtudes.

Baldassi habla de Baldassi y su relación con los jugadores. “Yo les inspiraba confianza aunque ninguno me faltaba el respeto. Era una relación de igual a igual, aunque siempre considerando que la autoridad era mía. Los aflojaba con un chiste, con una palmada, me gustaba ese feedback. Ellos sabían que ese tipo de cosas no se le podían hacer a cualquier árbitro”.

El ex arquero Sebastián Saja, coincide con la Coneja. “A los jugadores nos hablaba de una manera que, por más que estuviera cobrando algo contra tu equipo, era imposible calentarse con él. Cuando te dirigía, entrabas tranquilo a la cancha”. Para la Brujita Verón, Baldassi “fue uno de los mejores árbitros y me dirigió el domingo del 7 a 0 a Gimnasia, en uno de los recuerdos más lindos de mi etapa como jugador”.

Para el ex defensor Diego Crosa, era “un árbitro de carne y hueso al que nunca le vi cara de enojado, ni le hacía falta montarse un personaje para imponer su autoridad”. El eterno Leo Ponzio, elige un recuerdo clave, un consejo de la Coneja. “Una vez me había cortado el pelo bien cortito y me dijo que había cometido un error, que eso me quitaba fuerza. «El pelo largo te da mayor presencia», me dijo en pleno partido, mitad reto, mitad en broma”.

El tanque del área Martín Palermo, hoy DT de Aldosivi, selecciona el lado Baldassi como verdadero catalizador de partidos. “Cuando a alguno se le subían las pulsaciones, aparecía Baldassi con una palabra, una broma o una chicana para que el partido no se descarrilara”.

¿Qué opinás del VAR?

Es positivo, obviamente, porque es una herramienta que brinda la posibilidad de ratificar o no de una jugada, en el momento, a través de la tecnología con la ayuda de un compañero que está en la cabina VOR (Video Operator Room) y que le permite al juez analizar la jugada y, en caso de errar, poder modificar el fallo.

¿Cómo creés que impactará su uso en el fútbol argentino?

Se juega con VAR en todo el mundo. La IFAB (International Football Association Board) lo incluyó en las reglas de juego en 2018-19. Que, ahora, en el fútbol argentino no estemos acostumbrados es otro el análisis. Claro que necesita práctica, muchos minutos para poder tener buenas decisiones y que todos entendamos y comprendamos esta herramienta.

Baldassi y su marca para cobrar penales.

Baldassi y otra marca, la diagonal elástica. “Corría para todos lados, para donde iba la pelota, eso descomprimía el ambiente en esos 90 minutos y sin perder autoridad con una manera más descontracturada”. Otro sello: agacharse al momento de marcar los penales. “Hasta por eso a veces me puteaban”, comenta y recuerda a su madre Teresa, alias Chicha, la que estaba acostumbrada al infaltable “Baldassi / hijo de puta / La puta que te parió”. Cuenta orgullosa Chicha sobre los cantitos que “los tomaba como una cosa común, sabía que esos insultos no eran para mí sino que era algo que les gritaban a todos los árbitros”. Ni un drama Chicha. “Para mí era como si me dijeran buena moza o algo parecido”.

Escena Mundial. Octavos de final entre España y Portugal. Tiro libre para el equipo de Cristiano Ronaldo. Cuando el astro estaba acomodando la pelota, Baldassi se le acercó y le preguntó sin anestesia: “¿Le vas a pegar al arco?”. Cristiano hizo cara de “¿Y a éste qué carajo le importa?”. Pero no quedó ahí. “Le dije que no lo hacía de metido, que era para colocarme mejor. El tipo me respondió «está lindo para pegarle al arco ¿no?»”. Pasó España con gol de David Villa. Baldassi le aplicó la roja a Ricardo Costa. Después del partido, Diego Maradona lo fulminó al decir que todas las divididas fueron para el seleccionado de Del Bosque. “Baldassi es un amigo, pero me pareció un arbitraje horrible”.

Diálogo Mundial con el astro portugués Ronaldo. «¿Le vas a pegar al arco?».

Último partido. Fue en la Bombonera el domingo 4 de diciembre de 2011, en un Boca vs. Banfield. “A los 45 me sonó la alarma que me dijo: «Coneja, hasta acá llegaste»”, recuerda Baldassi. Uno de los primeros en saber de su retiro oficial fue Juan Román Riquelme quien lo interrogó antes del pitazo inicial. Esa noche el Boca de Falcioni le ganó 3 a 0 al Taladro comandado por Ricardo La Volpe. Con Boca campeón, Baldassi le dijo adiós al arbitraje. Dirigió un total de 590 partidos: 360 en Primera, 110 Internacionales y 120 del Ascenso. “Me fui en medio de una fiesta, pasando inadvertido, sin polémicas mediante y sin derramar lágrimas”.

Si alguien que no te conoce te pregunta quién sos: ¿Qué respondés?

Hola, qué tal. Soy la Coneja Baldassi, mucho gusto. Y nada más, un gusto y a otra cosa. Si me pongo a hablar de lo que fui, le diría que fui un árbitro internacional y todas esas cosas. No me desvivo porque la gente me reconozca o que me tenga que conocer, pero si alguien me pide una foto es una gran satisfacción.

Última: ¿Tenés algún sueño por cumplir?

Ser abuelo. Gracias al arbitraje logré todo, me siento satisfecho.