Ezequiel Dupraz: “Lo que hago por Athletic me sale pensando en Darío”
A un mes de la despedida de quien fuera directivo del LAC, su sobrino y heredero de la pasión por el Decano, recuerda el lado deportivo, como hincha y familiar.
Por Félix Mansilla
“En Athletic Darío fue más trascendente como directivo que en su vida deportiva”, asegura Ezequiel Kichi Dupraz (44), ex jugador y DT del Decano, sobrino menor del Cotorra. Es la mañana del miércoles 5 de enero, Ezequiel camina, habla y se envuelve con recuerdos de su tío Darío. Cuenta que lo vio jugar como doblista en tenis, cuando representaba al Fitti Ferro en los campeonatos de un interclubes.
“Su mejor rendimiento fue en Sarmiento Juniors, el club de amigos que se fundó en la calle Sarmiento”, explica Kichi y agrega que se trató de un buen equipo que llegó a competir en la Segunda división local. “Fue fundado entre amigos y después desapareció, pero quedó en la memoria familiar”.
Sobrino y ahijado. “Soy el sexto y muchas veces él cumplió el rol del tío joven”. Tío y padrino. “Fue de mi familia la figura más cercana al club”. Kichi concluye en que como no llegó a conocer a su abuelo Carlos y que si bien toda su familia es hincha del club, nunca fueron de seguir al rojinegro de cerca. “Me hice de Athletic por Darío”.
Kichi comenzó a jugar en las Inferiores de EFIL, con un breve paso en el equipo mayor con más de 25 años. Jugó dos años en Provincial y finalizó en la Primera del Decano. Obtuvo tres campeonatos como jugador y como entrenador en Athletic, logró tres campeonatos con Cuarta y uno en Primera de la temporada 2017/18. Desde 2019 hasta fines de 2021 fue Coordinador de fútbol del club.
¿De dónde viene la relación de la familia Dupraz con Athletic?
Viene heredada de mi abuelo Carlos. En la familia cuentan con orgullo que fue un muy buen jugador de la Primera de la liga lobense durante un montón de años. Para mucha gente grande del LAC fue uno de los mejores jugadores que pasó por el club antes de mitad de siglo, diría que al comienzo de los años 30. Fue dirigente de Athletic también y de ahí viene el amor de Darío por el club. Él me lo transmitió a mí de la misma forma.
¿Cómo describirías el fanatismo de Darío por el LAC?
Darío tenía dos grandes pasiones deportivas: Athletic y Boca. En ese sentido, Athletic era su día a día. Todos los días pasaba por el club y todo el tiempo hablaba de Athletic. Era su tema constante de conversación, siempre. Fue tesorero cuando Gerónimo Topa estuvo de presidente; fue vice de la subcomisión de hockey en el momento de más auge, también un pionero en la Cuenca del Salado. Ya de más grande, se corrió del LAC y le dio una mano a Deportivo Coreano luego de su fundación. Un apasionado del fútbol.
Exacto, todas sus pasiones tenían que ver con el deporte…
Laburó como 15 años en el club y dejó lo mejor. El paso del fútbol al hockey fue por la participación de sus cuatro hijas, grandes jugadoras. Siempre me acompañó y estuvo al lado mío, en todo. Soy de Athletic por Darío más que por mi viejo. De hecho, yo hice las Infantiles en EFIL y él me llevaba todos los 9 de julio a ser de mozo en la comida aniversario de Athletic. Es decir, yo jugaba en EFIL pero por él era hincha del LAC.
El Kichi tejió una relación fuerte que duró hasta que a Darío se le desmejoró la salud. La relación tenía humor, picardía, ida y vuelta. “Siempre lo jodíamos porque él cargaba a todo el mundo, y le decíamos que no hablara mucho porque nunca había llegado a Primera”.
“El tío fue el que hizo que yo me acercara”, explica Kichi y recuerda las cargadas “eternas” del Cotorra como de memoria. “Cuando yo jugaba en algún otro lado, me decía que éramos malos y cuando jugaba para LAC me decía lo mismo, que éramos todos unos muertos”. Y vuelve. “Darío siempre estaba al límite con el humor”.
¿Cómo lo describirías al “Cotorra”?
En su forma de ser el Cotorra era como Luis Sandrini: te hacía llorar y reír en la misma escena. Darío hacía calentar a los propios que lo querían y le agradecían su humor. Era la gran característica del Cotorra: en una misma reunión tres lo aplaudían y esos mismos tres después lo querían matar.
Pudo verte en tu etapa en Primera, pero no como DT y campeón. ¿Qué crees que te hubiera dicho?
Después de que se enfermó unas de las cosas que más me dolieron es no haber podido festejar con él el campeonato en 2017. Sé que hubiese sido inmensamente feliz y habría estado agrandado, y claro que en todo momento me hubiese dicho que el equipo era un desastre. Su mejor manera de decirte que te quería era así, llevándote la contra.
¿Qué sentís que te dejó como legado?
Él me transmitió las dos pasiones más allá de que mi familia es toda del LAC y de Boca. Cada cosa que hago por Athletic me sale pensando en Darío, siempre. El primero que me llevó a la cancha fue mi papá y Darío el que me hizo socio. Me acuerdo que vino una peña de Boca a Athletic a hacer socios del interior, con Diego Latorre y Walter Pico como las figuras jóvenes del plantel. En esa cena Darío se acercó y me regaló el carnet de socio. Incluso por mucho tiempo pagó mi cuota de socio y fue, sin dudas, con quien más veces fui a la cancha. De eso no me voy a olvidar más.
Para cerrar: definí a Darío en pocas palabras.
Un gran fanático de Boca y un enfermo por Athletic.